sábado, 2 de diciembre de 2006

Hace un año...

...los Dorados de Sinaloa estaban en primera división, el equipo andaba balineando a media tabla (cosa que hacia más emocionantes los juegos que si fuera en primer lugar).

El equipo se acababa de salvar del descenso la temporada anterior en contra de todos los pronósticos y en reconocimiento al plantel que logró la hazaña y a la afición que los apoyaba, los directivos decidieron deshacerse de la mayoría de los jugadores y juntar un nuevo grupo de la nada, trayendo 4 extranjeros que nunca habían jugado en México y al loco Abreu.

El equipo empezó la temporada con muy buena expectativas (y una victoria con tres golazos ^_^), pero pronto comenzó a valer gorro, llegaron las derrotas consecutivas, corrieron al técnico y trajeron al nuevo D.T...el juan "malillo" (hoy conocido como el "innombrable").

La cosa no mejoró mucho que digamos, pero una extraña mezcla de resultados trajeron que, faltando dos fechas para finalizar el calendario regular, los dorados se pusieran a 4 puntos de calificar (esperando lo que hicieran otros equipos del mismo grupo).

De esos dos partidos uno era de visitante contra Pumas (en Chilangolandia, no me interesa) y el otro, el penúltimo, fue contra Jaguares de Chiapas en CulichiTown. Así que el pinche Guamu le lavó el cerebro a su familia y viajaron unos 500Km hasta Culiacán para ir a ver el juego al estadio Carlos González y González en vivo y a todo color.

El resultado fue una victoria 2-1, el juego en sí estuvo aburridón, mi amá y sus gritos y leperadas contra el arbitro y jugadores fueron geniales. Inolvidable va a ser el "levántante pinche maricón" contra Salvador Cabañas.

Lo bueno es que a mi amá no le interesa el Futbol.

No, no es Flavio Sosa, es el pinche Guamu previo al partido

Mediotiempo.com narró el partido así, y como esa página era "el medio oficial de dorados", se vió bastante palera y para acabarla reporteó mal:


SINALOA VIVE UNA NOCHE DORADA

Mauricio Cabrera MEDIOTIEMPO (enviado)
Estadio Carlos González y González. 19 de noviembre de 2005

Los Dorados de Sinaloa obtuvieron un triunfo de algarabía pura al imponerse por dos goles a uno a los Jaguares de Chiapas en la jornada dieciséis del Apertura 2005. Las anotaciones del cuadro de casa fueron obra de Sebastián Abreu y Facundo Bonvin. Por los visitantes descontó Salvador Cabañas.

PRIMER TIEMPO

Jaguares quiso aprovecharse de la hospitalidad de la gente sinaloense. El partido aún no entraba en calor cuando Salvador Cabañas y Salvador Ochoa decidieron presentarse frente a la puerta de Cirilo Saucedo y marcar el tanto que les daría la ventaja parcial. El desconcierto entre los de casa fue notorio. Salir de los vestidores con un gol en contra no estaba dentro de los planes. Ni hablar, a remar contracorriente.

Dorados sufrió para recuperar la compostura. Recibir un golpe apenas en los minutos iniciales de la confrontación sacude a cualquiera, te obliga a modificar la estrategia fraguada a lo largo de la semana. Fueron instantes de incertidumbre, pero después de la tempestad llegó la calma. Una clara falta de Ismael Fuentes sobre Sebastián Abreu derivó en la pena máxima. El “Loco” con la seguridad que le caracteriza, se perfiló, miró a Ortiz y lo mató con un disparo sobrio, tranquilo, que rodó lentamente hasta las redes. Acto seguido, el Carlos González y González explotó al unísono.

El resto de la primera mitad fue mucha lucha y pocas ocasiones frente a las porterías. Por un lado, Cabañas y Ochoa recurrieron insistentemente a la velocidad para hacer daño, pero la defensa anfitriona ya no se equivocó, estuvo atenta y congeló las intenciones felinas. Por el otro, Bernardo Sainz y Ormazábal estuvieron muy participativos, aunque los Dorados adolecieron de la precisión requerida para marcar el tanto que rompiera la paridad. A esperar la parte completaria…

SEGUNDO TIEMPO

Los segundos cuarenta y cinco minutos se convirtieron en una guerra de intensidad y empuje. El futbol no siempre fue atractivo, en ocasiones salió perdiendo ante la vehemencia con que se disputaba el esférico, pero la afición estuvo metida de llena, percibía la entrega de los protagonistas del balón.

La contienda parecía concluir con la igualada en el marcador. Ambas escuadras se entregaron y no lucían descontentas con el empate. Sin embargo, Facundo Bonvin nunca se cansó de luchar, apareció una y otra vez con la misión de hacer daño, y lo consiguió con tremendo disparo que estremeció las redes chiapanecas. Fue a los ochenta y siete minutos cuando el Carlos González y González explotó para rendirse ante la pasión desbordada que generan los Dorados de Sinaloa. No era para menos, el triunfo estaba en los bolsillos.

Y así, con los nervios de punta por el silbatazo final que no llegaba, la afición y el equipo se fusionaron como en sus mejores tiempos para ejemplicar al máximo lo que es el sentimiento de identidad. Mientras Abreu está cerca de conseguir el título de goleo, la gente lo siente como suyo, prácticamente se apodera de él. Jaguares, entretanto, dice adiós a sus posibilidades de liguilla.

EL ARBITRAJE

Bueno de Gilberto Alcalá Pineda. Supo mantener la calma y estuvo cerca de la jugada

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