viernes, 24 de noviembre de 2006

Bora...¿nada que demostrar?

Después de pinchemil broncas, mi apá compró su tan anhelado VW Bora.

Lo trajo a la casa como a mediodía, lo presumió y dijo que fueramos a comer porque quería estrenar su carro.

Comimos unos fabulosos burritos de la 5 y mi apá continuaba lurias por su nuevo juguete. Cuando ibamos a subir para regresar a la casa, abrí la puerta del carro y a mi amá le dió un ataque de pánico escénico.

La puerta se abrió sin que hubieran quitado el seguro aún. Una serie de exhaustivas pruebas en los Guamu Labs probaron que todos los controles de la puerta valen madre, no sirve el seguro, el vidrio eléctrico, y al carro no le interesa si la puerta está abierta o cerrada, igual la registra como cerrada.

El carro ahorita está en la agencia otra vez y quien sabe cuanto se quede ahí.

El gusto del carro nuevo le duró aprox. 2 horas.

Por eso sigo prefiriendo el golfito.

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