De 10 a más o menos las 12 se ponen a bailar (chequen como se ponen y no nos ponemos), cuando el jolgorio está a todo lo que da, paran todo para hacer los intercambios. Me regaló mi hermanita quien me dió un juego para el cúbito. Triste consuelo para un güevón desempleado.
Los hermanitos dándose amor...¡Qué bola de hipócritas!
Pero antes de eso fue de rigor la sesión de fotos. La agüela con los nietos, con los hijos, con los nueros, con las hijas, con las nueras....etc.
Inmediatamente después de la sesión de regalos, empiezan a desaparecer los familiares que tienen que ir a la casa de la otra familia. Incluidos nosotros.
Por ahí entre 1 y 2 de la madrugada llegamos a la casa de mi agüe paterna donde los grandes están pisteando y bailando (y más de uno bastante pedo) y los chicos están encerrados en algún cuarto huyendo de sus padres (¡Porqué los quieren poner a bailar!) jugando o al Nintendo (este año no hubo) o un juego de mesa (eligieron Scrabble).
Todo se interrumpe cuando llegamos para tomar la foto familiar
Otra familia feliz
El resto de la velada consiste en ver gente bailar y empedarse un poco más. Y bailar con mis tías si es que pueden obligarme, esta navidad me pude escapar...pero aún queda año nuevo.
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