viernes, 22 de abril de 2011

Y que ví Fantasia y me puse a filosofar como güey

Hoy ví Fantasia, la película de Disney.

Al poner el DVD la pleba más pinta del mundo me comentó incisivamente que de niña a ella esa película le aburrió (supongo que un "¿por qué chingado pones esa película?" era un mensaje demasiado violento y directo). Pero la verdad es que recuerdo haberme aburrido de niño también. Esta vez que la ví no me pareció tan enfadosa y de hecho disfruté mucho varios pasajes (excepto por el corto de los dinosaurios, ese si no tiene perdón de dios). Eso me recordó como la gente opina cosas diametralmente opuestas de una misma obra.

De unas semanas para acá he escuchado/leido/visto a varios artistas, locutores de radio y gente de a pie comentar sobre el libro "El Principito". Todos, más o menos, hacen el mismo comentario de como es un libro que parece ser un cuento muy básico y simple, pero que en realidad esconde muchos significados que no se encuentran a primera vista. Quesque supuestamente hay que leerlo de morrito, a los veintiferia y después de los treinta.

Siempre me quejo de la forma en que la gente le busca a las obras más significado del que tiene (¿o del que quiso darle el autor?). Recuerdo, por ejemplo, haber escuchado como a la edad de doce una plática entre mis maestros de la secundaria donde un bando defendía a Los Simpsons por ser "una dura crítica a la clase media estadounidense" y otro bando diciendo que era una caricatura cualquiera más (y mala para acabarla de chingar). De lo que ambos bandos estaban de acuerdo es que era preferible a porquerías como Beavis & Butthead...de la cuál escuché por la misma época, en otra plática de adltos, que era "una dura crítica a la juventud estadounidense", mientras el otro bando decía que debería estar prohibido.
Puede ser que uno encuentre el significado que quiera en cualquier obra y por eso mismo comienzo a creer que tienen algo de razón aquellos que buscan en las obras de ficción más significado del evidente. Conforme más complejos nos volvemos, mayores son los reflejos de nuestras ideas que encontramos en todos lados.

....o alguna chingadera por el estilo. Mejor me voy a comer que ya ando de alucín otra vez.

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