domingo, 11 de marzo de 2007

Triste realidad

Hoy que trabajo en una empresa dedicada a la implementación y mantenimiento de redes, se me asignó a ser encargado de arreglar todas las fallas de la red de telecomunicaciones que reporte un cliente más o menos importante para nosotros: la universidad donde trabajé hasta el año pasado.

Una mala sorpresa fue el regresar al lugar de mi antiguo empleo.

No lo fue por encontrarme a la mayoría de la gente (me llevo al chingazo con casi todos y con los demás simplemente me llevo), ni por ver que algunos ya no están (algunos después de una muy mala jugada por parte de los jefes), ni por darme cuenta que a "los jefes" no les agrada ni tantito la idea de que esté ahí otra vez, pero ahora como parte de un outsourcing. Fue por ver que muchas broncas de la red que administré, se encuentran tal y como las dejé.

Es como si hubiera regresado tres años atrás.

Cuando recién entré a trabajar como achichincle del encargado de la red de esa uni, no existía documentación de nada. Los que se encargaron de instalar las cosas "sabían" que había, donde estaba y porque estaba así. Pero no había nada de inventarios, de monitoreo, de documentación o de diagramas. Y eso de estar preguntando a lo tonto para ver quién sabía, por ejemplo, el password de un switch o a donde se conectaba un equipo que presentaba fallas, no me agradó mucho. Por eso me puse a documentar como maniático toda la información que supe obtener.

Después subí de puesto y tuve mis propios achichincles, y entre todos nos encargamos de mantener actualizada esa documentación...hasta que me salí.

O por lo menos eso parece, porque mucha de la información simplemente ya no existe y lo demás se encuentra tal y como quedó el último día de labores.

Me agüita que mi trabajo de casi tres años se haya ido a la basura.

Me agüita que ahora se debe de volver a hacer todo otra vez (y que ahora me vuelve a tocar hacerlo -_-).

Me agüita que la información de la infraestructura que conoce el nuevo personal es únicamente aquella que se requirió averiguar por alguna emergencia.

Me agüita que las guías operativas que hice para facilitarle las cosas al que llegara en mi lugar, hayan servido para una chingada.

Pero más que nada me agüita que la gente que estuvo mi cargo haya dejado de trabajar tan bien como lo hacía cuando estaba yo. El mérito de que todo funcionara (a duras penas, pero funcionaba) no era mío, era principalmente de ellos.

Sepa la fregada que pasó.

**Guamu sufre**

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