- Dos cosas quiere el hombre auténtico: peligro y juego. Por ello quiere el hombre a la mujer, que es el más peligroso de los juguetes.
- Por mucho tiempo se ha ocultado en la mujer un esclavo y un tirano. Por esta razón, la mujer no está todavía preparada para la amistad: sólo conoce el amor.
- Veo muchos soldados, pero lo que yo quisiera ver es a ¡muchos guerreros!. Lo que llevan puesto se llama 'uniforme', pero ¡ojalá que no sea uniformidad lo que ocultan con ello!.
- Yo sólo creería en un dios que supiese bailar.
- En el amor siempre existe algo de demencia.
- Dios ha muerto.
- El plebeyo quiere vivir gratis.
- ¡Oh hermanos míos!, ¿soy acaso cruel cuando les digo que a lo que está cayendo se le debe dar incluso un empujón?
- Deben tener sólo enemigos que haya que odiar, pero no enemigos que haya que despreciar. Es necesario que estén orgullosos de su enemigo. Esto ya se los había enseñado.
- Así quiero que sean el hombre y la mujer: el uno apto para la guerra, la otra, apta para el parto, mas ambos aptos para bailar con la cabeza y con las piernas.
- El hombre es, en efecto, el mejor animal de presa.
- ¡Oh bienaventurado tiempo remoto en el que un pueblo se decía a sí mismo!: ¡Yo quiero ser señor de otros pueblos! Porquehermanos míos, ¡lo mejor debe dominar, lo mejor quiere dominar! Y donde se enseña otra doctrina, allí falta lo mejor.
De lo anterior, con toda seguridad, puedo decir que Zaratustra era un misógino, beligerante, cínico y guapachoso "sabio".